La Aristocracia del Mueble
Esta muestra estuvo compuesta por una serie de dibujos y pinturas de fina caligrafía donde viejos muebles recobran protagonismo, alientan a nuevos escenarios y en un encuentro fortuito se vuelve a vivir la experiencia con eso que antaño parecía no estar destinada a encontrarse, los muebles son patrimonios del cuerpo y de la intimidad, y es justamente esa forma de conocimiento lo que hace posible extrañar una silla.
Así como la casa, la memoria remodela su espacio y actualiza sus muebles. Se entiende que la mayoría de estos objetos han muerto, se han liberado del calor del cuerpo, pero jamás de las sensaciones y pensamientos que imaginan nuevos muebles. Se aprecia un candil, uno que a simple vista es como cualquier otro, pero la intimidad que subyace entre la artista y el objeto lo devuelve potencialmente poético, el mérito: los momentos que alumbró.
El ejercicio de hacer memoria tiende casi siempre a sobredimensionar a la cosa y a su acontecimiento. En ese punto, los modestos recuerdos se vuelven aristocráticos.








